sábado, 20 de septiembre de 2008

Los chicos de RBD dijeron adiós y desataron huracán de lágrimas - La agrupación mexicana se despidió en medio de un espectáculo sencillo

La sencillez se adueñó del concierto de despedida que brindó el domingo en la noche la agrupación mexicana RBD dentro del Poliedro de Caracas. Allí no hubo grandes despliegues tecnológicos, de fuegos artificiales ni mucho menos la presencia de una tarima imponente -como ocurrió en su primera presentación en Caracas, en el Estadio de Beisbol de la UCV hace dos años.

Para decir adiós Anahí, Dulce María, Alfonso, Christian y Christopher -Maite se encontraba en México cumpliendo compromisos profesionales- más bien optaron por destacar la parte nostálgica del show que hacer una puesta en escena contundente. Sin embargo, eso poco les importó ni a la cantidad de pequeñitas y jovencitas -que no hacían más que contornearse al ritmo de la música- ni a sus padres, quienes se sabían incluso las canciones del grupo de memoria.

El show pautado para las 7:00 de la noche, comenzó solamente con 11 minutos de retraso al sonido del tambor que marcaba el compás casi impecable de los movimientos del quinteto -que no salía de los recuadros marcados en el escenario para evitar que se tropezaran-, mientras entonaban Fui la niña.

Seguidamente, el rap, hip-hop, reggaetón, pop y balada se apoderaron del escenario y del cuerpo del quinteto que quiso demostrar con una actitud desenfada -que de la emoción hasta desentonaban- por qué son una generación rebelde.

En más de una hora y media de concierto RBD interpretó, tanto en grupo como en solitario -así como pinchando discos, en el caso de Christopher, y rapeando al mejor estilo de Alfonso-, 25 canciones, entre las que olvidaron interpretar Empezar desde cero, tema que le da nombre al tour de despedida.

Ni eso lo notaron las jovencitas que entre lágrimas y síntomas de agotamiento no se cansaron de hacerle coro a temas como Lento, Ser o parecer, Dame, Tenerte y quererte, Otro día que va, Sólo quédate en silencio, Inalcanzable I wanna be the rain, Bésame sin miedo, Este corazón, a tu lado, No digas nada, Celestial, El mundo detrás, Aún hay algo.

Pero lo que no dejaron en duda, es que el concierto del domingo fue dedicado a la nostalgia. No perdieron ninguna ocasión para darle las gracias a su joven público por el apoyo brindado. "Chicos, gracias por creer en nosotros. Nos enseñaron que si se tiene fe, a pesar de todo lo que te pueda pasar, los sueños se cumplen. No hay palabras para explicar esto. ¡Los amo!", dijo Dulce María.

Incluso entre ambos compartían miradas cómplices y secretos que solamente un fans podía entender. "Ustedes saben por qué hacemos eso", decía Anahí mientras secaba sus lágrimas. "Saben que esto es una muestra de amor. Nosotros no le hacemos daño a nadie. Ustedes han cambiado mi vida, no yo la suya", continuó.

Pero quizás el más directo fue Christian, que hizo clara alusión a aquellas personas que los juzgaron por declararse homosexual. "Gracias por amarnos como somos. Por permitir ser lo que queremos ser".

El cierre: al mejor estilo rebelde. Vestidos de colegiales y cantando "... y soy rebelde, cuando no sigo a los demás...".

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